Desmitificando el asma: ¿tiene cura esta enfermedad respiratoria?

Este 6 de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma, una fecha en la que se busca concienciar sobre los desafíos de vivir con esta enfermedad respiratoria.
El asma es una enfermedad respiratoria crónica con una fuerte base genética. Las personas que nacen con predisposición al asma suelen tener antecedentes familiares, lo que indica que puede ser hereditaria. Es posible que los niños cuyos padres tienen asma también desarrollen la enfermedad desde edades tempranas.

Esta enfermedad se manifiesta cuando los bronquios, los conductos que llevan aire a los pulmones, se cierran y dificultan la respiración. Durante una crisis asmática, no solo se produce un estrechamiento de los bronquios, sino también inflamación y producción excesiva de moco. Esto provoca que las vías respiratorias se bloqueen casi por completo, generando una situación de emergencia donde la persona puede llegar a sentir que se ahoga por la falta de aire.
¿El asma tiene cura?
El asma no tiene cura, ya que es una enfermedad crónica. Sin embargo, puede entrar en largos periodos de remisión si la persona se mantiene alejada de los factores que desencadenan los síntomas. Vivir en un lugar con aire limpio y sin contaminantes puede hacer que el paciente pase años sin sufrir una crisis, aunque eso no significa que se haya curado. Si vuelve a exponerse a alérgenos como el polvo o los pelos de animales, los síntomas pueden reaparecer con fuerza.
Por eso, es fundamental que las personas asmáticas identifiquen qué factores, conocidos como «gatillos», provocan sus crisis. Estos pueden estar presentes en el hogar, el trabajo o el entorno general. Reconocer si la causa es la contaminación, las mascotas, o la humedad, es clave para controlar el asma. La vigilancia constante y la prevención son las mejores herramientas para convivir de manera segura con esta enfermedad.