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En Río Tambo. Comités de autodefensa hacen frente al avance del narcotráfico en sus territorios ancestrales. Especialista indica la urgente necesidad de que el Estado garantice la integridad de las comunidades frente al temor a represalias.

 

El último domingo 31 de octubre, mientras muchos celebraban fiestas por Halloween —incluido el ministro del Interior, tras prohibir al país que estas se realicen, comités de autodefensa asháninka de río Tambo, Satipo (Junín), en el Vraem, interceptaron a cuatro personas, quienes a bordo de dos balsas llevaban 400 kilogramos cocaína en forma de ladrillos.

Ello se suma a otro cargamento inmovilizado el pasado 25 de octubre, en el que media tonelada de cocaína fue detenida, según comentó a La República Rubén Vargas, exdirector de Devida y experto en crimen organizado y política contra drogas.

“Las comunidades asháninkas del Vraem están siendo invadidas en sus territorios por cocaleros ilegales y por narcotraficantes y el Gobierno tiene que atender de manera urgente para que esto no siga creciendo”, alertó el también exministro del Interior.

“Lo que ha pasado con los comités de autodefensa del río Tambo es un ejemplo de ello. La semana pasada han incautado cerca de 500 kilogramos de cocaína en la comunidad de Cheni. La última intervención se dio en la comunidad nativa de Otica. Los comités de autodefensa de esa comunidad han inmovilizado no 200, inicialmente se dio esa información, si no más de 400 kilos de cocaína”, detalló Vargas.

Así, en casi una semana, los comités de autodefensa asháninkas han inmovilizado cerca de una tonelada de cocaína. Ambos cargamentos fueron entregados a la Policía, mientras que las personas que los transportaban fueron detenidas y trasladadas hasta las instalaciones de la base n.° 48 de la Comandancia de los Sinchis de Mazamari.